Tener éxito se puede definir como la capacidad para alcanzar lo que uno quiere. Lo que cada uno quiere alcanzar puede variar de persona a persona, pero la mayoría de las personas tiene como objetivo el dinero, considerando que el dinero es la llave para conseguir una cantidad de cosas que desean. Quizá ni se lo plantean explícitamente, dado que en su medio es algo tan aceptado que ni siquiera se discute.
Una fracción minoritaria de personas puede tener otro objetivo que no sea la riqueza. Estas personas salen de lo común porque se plantean otros logros que pueden ir desde lo deportivo hasta lo solidario, pasando por lo artístico. Alguien puede desear correr más rápido, otro mejorar la sociedad, y otro más plasmar una obra de gran belleza. Algunos pueden querer aumentar los conocimientos de la humanidad, o mejorar sus condiciones espirituales.
Cualquiera sea el objetivo que persiga la persona, existe una estrategia general que debe adoptar para conseguir lo que quiere. Esto se aplica a todas las personas y todos los objetivos, y nadie que haya tenido éxito ha dejado de aplicarla. Recuerda que estamos hablando de un éxito que no consiste en ganar la lotería o un concurso en la televisión.
En primer lugar, la persona debe saber qué es lo que quiere. Es difícil llegar a algún lado si uno no sabe adonde quiere llegar. Muchas personas, sin embargo, no saben qué es lo que quieren alcanzar o, por lo menos, no lo han planteado en el grado de detalle necesario para tener posibilidades de alcanzarlo.
Decir que uno quiere más dinero o que uno desea ser más feliz no es suficiente para poder conseguirlo. Los objetivos que te propones deben estar lo suficientemente claros como para que veas sin dificultad el camino que debes recorrer para llegar a ellos. Los pasos a seguir te deben ser evidentes si tienes claramente definido tu objetivo.
Una vez que has definido claramente tu objetivo, y que tienes una sucesión definida de pasos a ejecutar, debes pasar a la acción. Si nunca cruzas la línea de partida, si te quedas indefinidamente haciendo planes y proyectos, nunca alcanzarás la línea de llegada. Recuerda que un viaje de mil kilómetros comienza con un paso.
El paso inicial hay que darlo por más dificultades que después se encuentren por el camino. Un viaje iniciado puede que no se termine, pero un viaje que no se ha iniciado, con seguridad no se terminará nunca. Si esperas para comenzar a tener todo perfectamente planeado y a que estén dadas las condiciones perfectas, es posible que nunca comiences tu recorrido.
Una vez que estás en camino es necesario que permanentemente controles si estás yendo por el camino correcto. Puede ser que necesariamente tengas que seguir un camino que no es el más directo hacia tu objetivo. Las circunstancias y tus condiciones personales pueden hacer que esto sea necesario. Sin embargo, la dirección general que sigues debe ser la correcta, es decir, tiene que apuntar a lo que finalmente deseas conseguir.
Finalmente, una cualidad que tienen todas las personas de éxito es la de poder cambiar lo que sea necesario cuando es necesario, siempre en función de alcanzar la meta que se han propuesto desde el inicio. La flexibilidad es una condición ineludible cuando se quiere alcanzar una meta a largo plazo. Muchas son las condiciones que pueden cambiar desde que uno comenzó el viaje, y es necesario adaptarse a los cambios y modificar aquellos procedimientos que no resultan ser eficaces.
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